¿Qué Sucede cuando la Industria Musical Latina Acepta la Identidad Centroamericana?
A lo largo de los años, artistas de diferentes países de América Latina han logrado avances significativos en la industria musical, mostrando sus identidades culturales únicas. Por ejemplo Shakira, quien catapultó a Colombia al centro de la cultura pop en los años 2000; Peso Pluma y Christian Nodal, quienes destacan la cultura contemporánea mexicana y mexicoamericana; El Alfa y Cardi B, quienes constantemente resaltan el humor y la picardía de la música dominicana; y el constante flujo de artistas puertorriqueños, como Bad Bunny, Ricky Martin, Daddy Yankee, Young Miko y Jennifer Lopez, dominando las listas musicales globales. Al resaltar sus identidades únicas, estos artistas han inyectado nuevas perspectivas en la música, manteniéndola relevante y competitiva a nivel global. No solo son megaestrellas, sino que también se convierten en embajadores culturales, promoviendo la empatía hacia otros que comparten su identidad con cada concierto.
Sin embargo, no podemos decir lo mismo de Centroamérica, una región que a menudo se pierde en la narrativa de la música latina. A pesar de su rica cultura y talentosos artistas, la música centroamericana no ha recibido el reconocimiento que merece en el escenario global. No es solo mi opinión — el artículo de Richard Villegas “¿Por Qué Ignora la Industria Musical a Centroamérica?” en Remezcla expone esta indiferencia. Antes de continuar leyendo esta opinión, reflexionemos por un momento: ¿Cuántos artistas centroamericanos han encabezado las listas de Billboard? ¿O cuántos ganaron un Latin GRAMMY el año pasado? ¿Cuántos artistas salvadoreños puedes nombrar? ¿Quiénes son los músicos más destacados de Costa Rica? ¿Cuántos aparecieron en el último festival de música latina al que asististe?
Entonces, ¿qué sucede cuando la industria musical latina finalmente acepta la identidad centroamericana?
A principios de 2024, el artista hondureño Key-Key (pronunciado ‘kei-kei’) lanzó su último sencillo, “Tengo Un Plan”. La canción rápidamente subió a la cima de las listas locales, acumulando millones de vistas en YouTube y actualmente cuenta con más de 42 millones de reproducciones solo en Spotify. Originario de Tela, Atlántida, Key-Key ha estado creando música localmente durante más de ocho años. El representa una ola creciente de artistas centroamericanos cuya música resuena y conecta en el escenario internacional.
Sin embargo, este hambre de nuevas perspectivas de audiencias internacionales no siempre se traduce en aceptación por parte de la industria. Los artistas en Centroamérica han creado música que conecta con audiencias globales durante mucho tiempo, a menudo sin mucho apoyo de los profesionales de la industria — ejecutivos de sellos disqueros, compradores de talento, curadores de listas de streaming, periodistas musicales, etc. El caso de Key-Key presenta un cambio interesante. Su canción logró circunvalar a la industria, gracias a las redes sociales, y captar la atención de la super estrella puertorriqueña Ozuna, quien vio potencial en una colaboración. El remix resultante, “Tengo Un Plan” con Ozuna, no es solo una canción; es un momento cultural. Mientras escribo esto, la canción ha estado disponible por menos de 24 horas y ya está en lo más alto en tendencia de las listas de música de YouTube.
La colaboración de Ozuna no se trata simplemente de unirse a una canción que ya es popular. Si escuchas atentamente, Ozuna y Key-Key destacan intencionalmente varios aspectos de la cultura hondureña, creando una celebración auténtica y positiva de lo que hace especial a la región.
El éxito de “Tengo Un Plan” muestra la energía y el sabor único que la música centroamericana puede aportar a la música popular. La canción envía un mensaje claro a la industria musical: los artistas centroamericanos están listos para el protagonismo. Nuestras historias, talento y perspectivas son valiosas contribuciones a la escena musical global. La disposición de la industria para apoyar a estos artistas puede conducir a un panorama musical verdaderamente inclusivo donde todas las identidades latinoamericanas sean celebradas, en todos los niveles.
La inclusión intencional de la identidad centroamericana dentro de la música latina no es simplemente una cuestión de representación — es una estrategia de negocios que impulsará la innovación y las ganancias. Al fin y al cabo, habemos más de 50 millones de centroamericanos en todo el mundo. El éxito de Key-Key y su colaboración con Ozuna debería inspirar a la industria a abrazar este potencial por completo. Solo entonces la escena de la música latina puede lograr una representación verdaderamente dinámica e inclusiva de la experiencia latinoamericana.